Influencia de los conflictos sociales, políticos y climatológicos, en la arquitectura, el urbanismo y la forma de vida

miércoles, 4 de agosto de 2010

TURISMO EN LA "GREEN ZONE". BIENVENIDOS AL BAGDAD PROHIBIDO A IRAQUÍES.

Para la inmensa mayoría de los iraquíes, los palacios que Saddam Hussein construyó durante su mandato eran un símbolo inaccesible de la opulencia del régimen; sólo podían atisbar las recargadas fachadas tras los muros y fantasear con la opulencia de lujosos interiores de los que disfrutaban un puñado de elegidos del régimen.
Casi ocho años después de la desaparición del dictador, las residencias siguen siendo igualmente impracticables para los ciudadanos, ahora son las dependencias de los ministros del nuevo Irak, el lugar escogido por las embajadas para levantar sus fortines y la zona de recreo de los soldados atrincherados en la llamada "Zona Verde" o Zona Internacional; la mini ciudad fortificada creada por Washington para mantener a sus hombres alejados del Bagdad poblado por los iraquíes.
La Zona Internacional o Zona Verde es una burbuja aislada del resto de la ciudad (Zona Roja) por numerosos puestos de control, rollos de alambre de púas, y losas de hormigón armado a prueba de explosiones. Corresponde con lo que era el antiguo complejo residencial de Hussein: Palacios, Villas de familiares y amigos, bunker subterráneo, tumba del soldado desconocido, museo militar, Hotel Rasheed ( al-Rashid), centro de convenciones y grandes parques que fueron el hogar de los famosos leones devoradores de hombres de Saddam.
Es un lugar autosuficiente en todos los aspectos, está defendida por tanques y vehículos de combate, y se prohíbe el paso a la población iraquí. Los funcionarios extranjeros, rara vez abandonan ésta zona o lo hacen acompañados por guardaespaldas y en vehículos blindados
La Zona Verde es el centro y el símbolo del poder de EE UU en Irak. Una vez consumada la invasión de Irak, los estadounidenses ocuparon el Palacio Republicano, núcleo del poder y residencia oficial de Saddam y tal y cómo hizo el dictador, restringieron el acceso a toda ésta zona amurallada.













En la llamada Zona Roja (el resto de Bagdad), dos millones de personas se hacinan en un espacio concebido para unas 50.000; a la ausencia de zonas verdes, la acumulación de basuras y el alcantarillado al aire libre que ya era problemático en tiempos de Saddam, se suman ahora los socavones de los coches bomba, los impactos de artillería en las casas y los destartalados puestos de control en los cruces de las principales avenidas
Si en el exterior de la Zona Verde reina el caos circulatorio, la falta de seguridad y de electricidad, dentro se lleva a rajatabla las normas de tráfico por el Ejército y por la policía militar que garantiza la seguridad y varios generadores suministran electricidad suficiente.. Alberga ocho embajadas internacionales (entre ellas la norteamericana, la mayor delegación diplomática de este país en todo el mundo, algo apreciable por la longitud del muro que la protege), los cuarteles de la misión de la OTAN en Irak, así como diez bases militares y varios aeródromos.
Sus habitantes pueden encontrar en su interior restaurantes al mejor estilo estadounidense, con comida traída directamente del vecino Qatar por Halliburton, la empresa privada que tiene el mayor volumen de contratos en Irak. Allí también puede disfrutar del Bagdad Country Club, un especie de Café de Rick pero sin Humphrey Bogart, donde se pueden degustar la cocina árabe y europea hecha por un chef procedente de uno de "los restaurantes más selectos de Beirut", tal y como se promociona en su página web.
Pero estos “nuevos pobladores” parecen ignorar por completo la riqueza artística, histórica y cultural del lugar en el que se encuentran tal y como queda reflejado en la “esperpéntica” Guía Turística, (manual a lo Lonely Planet) propuesta por el diplomático Richard Houghton, ex comandante de Marines de EEUU escrita en 2006 y actualizada en 2007, para animar a los estadounidenses a visitar Bagdad.


La zona verde de Bagdad, no es sólo el epicentro de las fuerzas americanas en Irak, también es un lugar encantador para pasar unas vacaciones”…….. con estas palabras comienza su autor la guía, en la que recomienda como lugares de interés, los palacios de Hussein, el complejo de la cancillería de EEUU, el palacio de Uday….”con una gran piscina y pantallas al aire libre para ver películas”…… , las casas de las hijas de Saddam y…”otras grandes haciendas rodeadas de estanques y fuentes”….
Mención aparte tienen sus recomendaciones: “Para entrar en cualquier edificio custodiado hay que tener precaución. Los guardas, civiles o militares, pueden disparar antes de preguntar”, advierte en la primera página. Las expectativas que sugiere al lector para visitar estos lugares no se quedan atrás:….”podrá sentirse todo un reportero de guerra en el Hotel Rashid, desde donde las televisiones internacionales retransmitieron las dos Guerras del Golfo”………
No puedo evitar sentir nauseas cuando continuo con la lectura de la guía.
Para Houghton, “La Zona Verde es a Irak lo que un ‘safari park’ es a la selva”. Ese ‘safari park’ a la americana es el complejo de palacios y villas del dictador Sadam Husein situado a orillas del Tigris, donde se asentó EEUU tras invadir el país
Para ellos, Bagdad ha dejado de ser la ciudad de “las mil y una noches”, capital del califato Abasí fundada por Al Mansur en el siglo VII, y tampoco la reconocen en su época de esplendor moderno, cuando atrajo arquitectos de la talla de Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Alvar Aalto, Josep Lluís Sert, Walter Gropius, Ricardo Bofill o Robert Venturi.
Detrás de una de esas empalizadas coronada con alambre de espino se esconde un elegante edificio racionalista del arquitecto catalán Josep Lluís Sert (1902-1983). El inmueble fue construido en 1955 para albergar la Embajada de Estados Unidos en Bagdad. Su localización, junto al Tigris y al lado del Palacio Real, no podía ser mejor. Sin embargo, cuando los norteamericanos entraron en la ciudad ignoraron la belleza estética de la obra de Sert e instalaron su cuartel general en el vecino palacio, hacía tiempo afeado por la ampliación que ordenara Sadam Husein.
Sadam no se conformaba con encargar los proyectos. Quería dejar su impronta personal en ellos, lo que sin duda determinó el estilo kitsch imperial de la arquitectura iraquí a partir de los ochenta. "Él era el arquitecto". Poco a poco se abandonaron las obras públicas en favor de los encargos individuales, palacios para los altos cargos del régimen y sus familias, y obras grandilocuentes como el Monumento a la Victoria (las dos espadas cruzadas) o la Mezquita de la Madre de Todas las Batallas. El buen gusto se había quedado atrás hasta que llego el pueblo americano para alabar estas edificaciones
Es muy seguro que la mayoría de los integrantes de los contingentes militares de la coalición (Estados Unidos y Gran Bretaña) que atacó a Irak, incluyendo sus mandos, ignoraron los patrimonios culturales que contemplaron sus batallas, como el faro de Alejandría, el Canal de Suez, Basora, Babilonia…. y toda la Mesopotamia milenaria, la antigua tierra de caldeos, asirios y sumerios, donde se desarrollaron las culturas que bridaron al mundo actual la base de su organización social y la fuente de la escritura.












Hace poco más de un año, los medios destaparon un proyecto del Gobierno de EEUU para convertir la zona verde de Bagdad en un gran complejo turístico para ricos, lleno de boutiques de lujo, torres de oficinas, comercios y campos de golf.
Éste no es el primer proyecto arquitectónico de envergadura que EE UU lleva en esta zona blindada de Bagdad: el pasado mes de junio se filtraron los planos y proyecciones de cómo iba a ser su embajada en la capital iraquí. Además de ser el recinto diplomático más grande de EE UU en el exterior, la futura embajada contará con las medidas de seguridad más extremas. El precio final de la obra puede ascender a unos 650 millones de dólares.
















El proyecto en la Zona Verde cuenta con la construcción de un campo de golf, el "Tigris Woods Golf and Country Club", centros comerciales y un estadio de fútbol, además de varios hoteles de lujo. A todo éste conjunto de nuevas edificaciones hay que sumar el acuerdo de 300 millones de dólares al que llegó una empresa constructora de California especializada en parques de atracciones para reconstruir el maltrecho zoo de Bagdad (uno de los caprichos que tenía Saddam Hussein y cuyos animales fueron abandonados a su suerte tras la invasión estadounidense) y varios centros de ocio.
.El desarrollo costaría unos 2.700 millones de euros y lo llevarían a cabo el Pentágono y varios inversores extranjeros. Hasta después de la guerra, el negocio de la guerra seguirá siendo jugoso.
También resulta difícil, con semejantes instalaciones, confiar en que la retirada norteamericana que debería completar su primera etapa en agosto y culminar en el verano de 2011 devuelva a los iraquíes el control de la zona más lujosa de todo Bagdad.

"Oh! niños de mi patria
donde el sol no sale
y la primavera
no le da visitas.
Vosotros que vendéis vuestra niñez
por hogazas de pan
y por latas vacías y oxidadas
dejadme abrazaros entre mis manos.
Habéis olvidado
los nombres de vuestras escuelas,
los momentos de la inocencia,
y ante todo
habéis olvidado que
aún sois niños".
Isa Al-Yasiri: Poeta iraquí. (Cárceles de Irak. Botero)





1 comentario:

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    Fuente: galapagos ecuador vacation packages

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